Theo Lawrence regresa junto a su banda para presentar en directo el flamante Chérie (Tomika, 2022), grabado en Texas en Fort Horton Studios y producido por Billy Horton, bajista de Charley Crockett.
Nueva Orleans fue fundada como colonia francesa y su multiculturalidad sigue plagada de referencias a la Louisiana francesa y su legado cajún. Ahora emprendamos el camino en dirección opuesta, y sigamos el rastro de la música de los pantanos y la coctelera rítmica del Mississippi hasta Burdeos. Allí encontraremos a Theo Lawrence, joven músico, cantante y compositor franco-canadiense, profundiza en las raíces del country de los cincuenta y sesenta sin olvidar elementos del soul, el pop y el rock n’ roll. Un cóctel hecho con un profundo amor por la tradición que mantiene el pulso de los tiempos modernos. Hay condimentos de la ahora Louisiana y su efervescente cruce de culturas; también rock n’ roll clásico en la órbita de Sun Records en Memphis, el compás trotón del rockabilly country de Johnny Cash y sus secuaces, pinceladas vaqueras de outlaws pioneros del country & western como Marty Robbins o Micky Newbury, la larga sombra fronteriza de Doug Sahm y sus bailoteos tex-mex ecos de las arremetidas del ‘bayou’ de la Creedence.
Su primer álbum, Homemade Lemonade (2018), estaba impregnado de matices soul y góspel. En su segundo trabajo, Sauce Piquante (2019), producido en el corazón de Georgia por el mismísimo Mark Neill (artífice del ‘Brothers’ de Black Keys), abrazó los sonidos mestizos del sur norteamericano, sonidos que ha seguido explorando, con carácter ‘vintage’, en sus singles más recientes. Deke Dickerson firmaba la contraportada del disco y su palabra es ley: "Justo cuando había perdido toda esperanza, llega hasta mis manos navegando por el río de la música algo como esto. Parece que sigue habiendo futuro, solo hacen falta tres acordes y una mente joven y fértil".
Nueva Orleans fue fundada como colonia francesa y su multiculturalidad sigue plagada de referencias a la Louisiana francesa y su legado cajún. Ahora emprendamos el camino en dirección opuesta, y sigamos el rastro de la música de los pantanos y la coctelera rítmica del Mississippi hasta Burdeos. Allí encontraremos a Theo Lawrence, joven músico, cantante y compositor franco-canadiense, profundiza en las raíces del country de los cincuenta y sesenta sin olvidar elementos del soul, el pop y el rock n’ roll. Un cóctel hecho con un profundo amor por la tradición que mantiene el pulso de los tiempos modernos. Hay condimentos de la ahora Louisiana y su efervescente cruce de culturas; también rock n’ roll clásico en la órbita de Sun Records en Memphis, el compás trotón del rockabilly country de Johnny Cash y sus secuaces, pinceladas vaqueras de outlaws pioneros del country & western como Marty Robbins o Micky Newbury, la larga sombra fronteriza de Doug Sahm y sus bailoteos tex-mex ecos de las arremetidas del ‘bayou’ de la Creedence.
Su primer álbum, Homemade Lemonade (2018), estaba impregnado de matices soul y góspel. En su segundo trabajo, Sauce Piquante (2019), producido en el corazón de Georgia por el mismísimo Mark Neill (artífice del ‘Brothers’ de Black Keys), abrazó los sonidos mestizos del sur norteamericano, sonidos que ha seguido explorando, con carácter ‘vintage’, en sus singles más recientes. Deke Dickerson firmaba la contraportada del disco y su palabra es ley: "Justo cuando había perdido toda esperanza, llega hasta mis manos navegando por el río de la música algo como esto. Parece que sigue habiendo futuro, solo hacen falta tres acordes y una mente joven y fértil".
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