Alabada por la prensa tras su deslumbrante actuación en la reapertura benéfica del famoso honky-tonk The Palomino de California el pasado mes de octubre, Alice Wallace parece destinada a continuar el legado del country de la costa oeste con su nuevo disco "Into The Blue".
Con la esencia country de Linda Ronstadt y la escena country rock setentera del Laurel Canyon californiano, de Gram Parsons y Emmylou Harris, Alice Wallace es como una moderna voz de yodel y honky tonk, de aire angelical, que recoge el testigo de aquellas aguerridas cantantes country de los sesenta y setenta con un timbre emocionante y poderoso, con sabor a clásico. Su personal cóctel de blues, country, jazz y americana revitaliza el género y establece un nuevo patrón.
En "Into the Blue" queda claro que es una de las mejores yodelers de la actualidad, un trabajo en el que ha contado con músicos de la talla del batería Jay Bellerose (Bonnie Raitt, Elton John, Aimee Mann), el multiinstrumentista Jeremy Long (Sam Outlaw), la bajista Jennifer Condos (Jackson Browne, Graham Nash), el guitarrista Tom Bremer y el arreglista de cuerdas Kaitlin Wolfberg. Además de contar con la coproducción de Steve Berns y KP Hawthorn de Rebelle Road.
Hay guiños fronterizos, pedal steel, blues de trovadores y melodías fantasmales. Una vuelta de tuerca a los corazones rotos que han poblado la canción de raíz norteamericana en la voz de una artista que canta a los conflictos humanos con la atemporalidad de los clásicos.
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