Sobrepasado por la velocidad a la que pasó de ser un don nadie a ser considerado "el nuevo Neil Young", Dylan Le Blanc abandonó el camino fácil tras dos aclamados discos y un contrato con un sello multinacional, y con 23 años se encerró en los míticos estudios Muscle Shoals de Alabama para escribir un nuevo disco para él mismo. El resultado fue Cautionary Tale (Single Lock Records, 2015), una colección de brillantes y notables composiciones marcadas por su evocadora voz, la misma que llamó la atención de Lucinda Williams y Bruce Springsteen, que ahora se ha afilado y ha alcanzado el tono de la madurez. Honesto, en la búsqueda de una nueva verdad tras algunos problemas personales, y con mucho que decir, en el disco abundan los momentos de claridad, sin esconder sus sentimientos, guiado por la máxima de Merle Haggard de que "el cantante es secundario para la canción".
Con un punto fantasmagórico en sus guitarras etéreas, Cautionary Tale es la banda sonora de un pueblo abandonado en medio del desierto, un cautivador disco que le pone en la senda de otros jóvenes songwriters como Israel Nash, Hayes Carll, Robert Ellis o figuras ya consagradas como Ryan Adams o Jason Isbell.
Le acompañará en esta gira otra prometedora figura de las raíces americanas, la también extraordinaria voz de Nicole Atkins, con su cuarto disco bajo el brazo, un Goodnight Rhonda Lee (Single Lock Records, 2017) en el que, apadrinada por Chris Isaak, ha incidido en los ecos de Roy Orbison y Patsy Cline. Compañera de sello de Leblanc en Single Lock Records, propiedad de John Paul White (Civil Wars), Nicole es una de esas grandes promesas de la factoría de Nashville, con un gran equipo detrás que, además de a Isaak, incluye a los productores que pulieron el debut de Leon Bridges o a Jim Sclavunos, de los Bad Seeds de Nick Cave, que también colabora en esta oda "retro" a la tradición de la canción americana. Nicole actuará compartiendo gran parte de la propia banda de Dylan en su set.
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