Los Cubero regresan a las 'Cajas de Música'. Músicos y hermanos originarios de La Alcarria, Enrique y Roberto, desarrollan un estilo que hunde sus raíces en la música tradicional castellana y la salpican con influencias de americana.
En 2012 lanzaron su primer sencillo, La calle abajo, y protagonizaron La muerte en la Alcarria, película del director Fernando Pomares. Una cinta sin diálogo en la que los Cubero buscan sus orígenes por las tierras alcarreñas y en la que se escuchan canciones interpretadas por ellos mismos.
El estilo de Los Hermanos Cubero es acústico y, aunque está enraizado en la música tradicional, el eclecticismo es una constante en todos sus trabajos, caracterizados por respetar ritmos, estructura y métricas tradicionales (seguidillas, paloteos, ruedas, fandangos, jotas...) pero dotando de una dimensión contemporánea tanto a los textos como a las armonías. Además de componer piezas originales, también incorporan piezas tradicionales a su repertorio.
Desde su inicio han sido capaces de derribar los prejuicios con los que se topa la música tradicional en entornos urbanos, llevando su música a circuitos ajenos a la tradición y cercanos al mainstream, encabezando una generación liberada de complejos que reivindica la tradición de manera normalizada.
Su último trabajo es el doble álbum Errantes Telúricos/Proyecto Toribio, publicado por Primavera Labels. Errantes Telúricos recoge diez temas en los que colaboran Josele Santiago, Christina Rosenvinge, Grupo de Expertos Solynieve, Amaia, Rodrigo Cuevas, Carmen París, Hendrik Röver, Ara Malikian, Nacho Vegas y Rocío Márquez. Cada canción explora la dimensión folclórica de los respectivos géneros de los que proviene.
Proyecto Toribio incluye entre sus cortes diez piezas instrumentales de violín tradicional de Guadalajara, del repertorio de Toribio del Olmo, acompañados por algunos de los mejores violinistas del circuito de folk actual: Blanca Altable, Jaime del Blanco, Diego Galaz, Paula Gómez, Begoña Riobó, Javier Román 'El Niñu', María San Miguel y Agueda Sastre. Aunque se trate de canciones que llevan años injustamente olvidadas, Proyecto Toribio no es un ejercicio de estilo arcaico: la belleza prístina de estos instrumentales es la misma en el S. XX que en el S. XXI. Quizá incluso sea más bella ahora por insólita, por genuina y por contraste con sus alrededores sonoros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario