Willie Buck es una leyenda viva del Blues de Chicago. Su timbre de voz rotundo y envolvente, heredado de Muddy Waters, lo ha convertido en uno de los mejores intérpretes de blues y uno de los escasos músicos que mantienen la conexión con la vieja escuela.
Nació en 1937 en el Delta del Mississippi y con tan solo dieciséis años se trasladó a Chicago. Creció con la música soul, gospel y blues que su padre, ministro de la iglesia, cantaba en el púlpito. Se inició escuchando a los grandes de todos los géneros y formó parte de las mejores bandas de la escena blues de Chicago de los setenta. Pasó muchos años combinando trabajo duro y mal pagado con actuaciones en pequeños clubs y en el Maxwell Street Market, legendario mercado en el que los músicos de la época desgranaban su cancionero para sacarse unas monedas. Allí logró insertarse en la comunidad "South Side-Sound", donde aprendió de luminarias como Fred Below, Magic Slim o Eddie Taylor antes de formar su propio grupo con grandes de la escena blues de Chicago como Fred Below, Odie Payne, John Primer, Mac Simmons, Moose Walker, Jodie North, Jerry Porter o Louis y Dave Myers.
En los setenta grabó su primer single, The Disco Blues, que le abrió las puertas para girar por México, Canadá y Europa (principalmente en Francia y Holanda). En 2004 lanza el álbum I Wanna Be Loved y da comienzo a una nueva etapa de grabaciones y giras internacionales a la par que recibe un más que merecido reconocimiento pasando a formar parte del Blues Hall of Fame.
Llega a El Almacén de Little Bobby en formato dúo junto a Jose Luis Pardo, uno de los pocos guitarristas de blues no anglosajón que se mueve con holgura por el circuito estadounidense. El argentino domina todas las corrientes del blues a la guitarra: West Side, South Side, Texas, Chicago Blues... y ha girado con figuras de primera línea como Bob Margolin, Bob Stroger, Vasti Jackson, Tail Dragger o el propio Willie Buck.
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